Mensaje de Navidad

28/11/13

Vida en los árboles





Los koalas pasan la mayor parte del tiempo en los eucaliptos. Son unos grandes trepadores. Se caracterizan por tener un cuerpo pequeño, regordete y unas extremidades relativamente largas. Sus pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse en las ramas.

Si los koalas quieren subir a un árbol, saltan desde el suelo, sujetándose a la corteza con sus garras y trepan. Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba. Normalmente, descienden lentamente, ya que sólo utilizan una pata, primero y otra después.

Generalmente, los koalas solo descienden de un árbol para llegar a otro. Aquí les acecha la mayoría de los peligros. Cuando caminan, adelantan primero la mano derecha, después el pie izquierdo, la mano izquierda y finalmente el pie derecho. Y cuando corren, mueven pies y manos a la vez. Intuitivamente.

Los koalas intentan protegerse del peligro en las ramas de los árboles. En las urbanizaciones, trepan por las paredes, vallas, postes de luz y letreros de las calles.

Algunos koalas permanecen más tiempo en el suelo que otros. Este comportamiento depende del tamaño del territorio y de la distancia entre los árboles. A menudo, en las cercanías de las urbanizaciones deben recorrer más distancia por el suelo que en su hábitat habitual.




En los árboles adecuados, los koalas se muestran tranquilos. Su comportamiento depende de la condición de las horquillas de las ramas, de las condiciones meteorológicas y de la hora del día.

Dado que el tiempo cambia constantemente durante el día en un bosque australiano, los koalas pueden estar en diferentes lugares: al sol, a la sombra, en una zona de viento frío o en lugares protegidos del viento o de la lluvia.

Los koalas pueden estar inmóviles sobre una rama durante una hora. Mientras duermen, se aferran a las horquillas para no caerse. El pelaje de su parte trasera inferior, que es especialmente espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras.

En los días fríos, húmedos y ventosos, los koalas se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y desprender el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el lomo de los koalas como sucede con los patos. En los días calurosos, secos y bochornosos, los koalas no sufren tanto el calor, ya que el pelaje de su pecho, claro y largo, absorbe el calor. Cuando hace viento, su pelo se mueve y así se refrescan.

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